El viaje hacia el centro de la existencia, es decir, la exploración al interior de nosotros mismos es un camino lleno de interrogantes. No es una ruta sencilla, ni de corta distancia, de allí que muchas veces nos encontremos con ciertos titubeos.
Encontrarnos con los inmensos misterios que parecen no tener respuestas certeras puede ser desgastante para algunos. Por ello, la vida puede resultar más fácil al vivirla desde la periferia, al permanecer en un estado de subsistencia, hallándose con el mundo acorde a cómo lo dicta el exterior. Pero esa actitud a la larga tiene un coste.
Sólo se logra la plenitud de la existencia cuando se ha interiorizado y se vive desde la profundidad de nuestro ser. La satisfacción de vivir desde el yo profundo no es canjeable, ni tiene ningún parecido con la vida alineada a lo que la sociedad dicta.
Es por esto que considero importante reflexionar alrededor de una de éstas grandes incógnitas y que muchas veces puede provocar una especie de vértigo y nos obliga a anclarnos en cosas que no nos corresponden. El solo hecho de reflexionar, puede que no nos dé una respuesta segura y efectiva, pero habremos llegado a un lugar estable, desde el cual podemos contemplar las cosas sin afán, sin necedad, entregados a la belleza de la vida.
Y la pregunta que lanzo es: ¿Cuál es el sentido de la vida? Y de ésta se derivan tantas otras, pero solo mencionaré un par: ¿qué hacemos aquí? ¿por qué estamos experimentando la existencia?
Es un misterio aún. El hombre ha tratado de descifrar los enigmas construyendo una red de símbolos. La búsqueda de la respuesta a la interrogante de ¿qué es la vida? lo ha llevado a crear una cultura, edificar sistemas de los cuales pueda sujetarse y darle un sentido.
Desde la prehistoria hasta nuestros tiempos esa ha sido una de las grandes interrogantes de la humanidad. La búsqueda de una respuesta ha propiciado la evolución del mito a un pensamiento religioso, e incluso científico. Cada área de la cultura trata afanosamente de dar una respuesta. A veces la solidez con la que se lanzan las afirmaciones puede llegar a confundirnos. La historia ya ha arrojado muchos ejemplos, en los cuales se constata que ningún hombre en ninguna época ha gozado de tener la verdad absoluta, puesto que no hay una verdad absoluta, solo expresiones congruentes en sí mismas, sistemas que dentro de sí pueden ser válidos, pero que al sacarlos de su contexto se desquebrajan.
Lo repito: No hay una verdad única y absoluta. Al transitar en el sendero del descubrimiento de nuestro ser, de nuestra espiritualidad, eso muchas veces se percibe como un gran abismo. Entonces, ¿cómo continuar por un camino que no da certezas? ¿Cómo construir una vida y no sentir vértigo?
Fácil: Respira.
Al respirar y ser consciente de ello lanzas especies de anclas al presente. Te sujetas del aquí y ahora, porque eso es todo lo que existe. Llámalo magia, milagro, azar, como quieras, pero regocíjate en la belleza de existir.
Lo confieso, yo también tengo mis propias ideas. No son ideas sustentadas por la ciencia, quizás están más cercanas a la fantasía de mis novelas o poemas, pero en mis teorías más locas, he considerado que es parte del reto de la vida: Nunca saber por qué estamos aquí, pues el verdadero sentido es disfrutar.
Así que solo tenemos este ahora para respirar y percibir todas las maravillas que nos ofrece la naturaleza, las maravillas que experimentamos con nuestros sentidos, nuestras emociones. Vivir el presente, con un gracias infinito a Eso que hace posible que estemos aquí: la vida misma.
Y no con esto proclamo que se detenga la ciencia, o ya no se hable de religiones. Eso es parte también de ésta belleza, es decir, es interesante conocer los discursos que crea en hombre para interpretar la realidad, pero no debemos aferrarnos a ninguno como dogma total, al grado que neguemos cualquier otra verdad.
Es tan bello explorar el pensamiento de la humanidad, sin engancharse a una sola verdad; explorar por el solo hecho de expandir nuestra percepción y aceptar la paradoja. Nada de todo lo que he conocido es cierto y sin embargo todo es verdad.
Abre tu mente: Medita. Descubre la inmensidad de la vida, sin conceptos, intangible y perfecta en su cualidad de efímera.
Ábrete al cambio constante. Respira y contempla la belleza que brota frente a ti a cada instante.
Conquista tu Libertad: La libertad espiritual y la libertad intelectual.
-Sabrina T.S.
«Ante una mente que está quieta, todo un universo se rinde.»
-Lao Tzu
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